divendres, 28 de novembre del 2008

Soy creyente, pero no amnésico.

Hablar de uno mismo en un blog es algo presuntuoso, lo reconozco. De hecho, titular el post con tus principios puede parecerlo más, y ventilar las creencias religiosas de cada uno no suele ser lo normal. No obstante sé que me perdonará quien lo lea, y sobre todo quien me conozca. Y es que hoy en día declararse "creyente" - cuando esta acepción significa cristiano o católico de base - y progresista a la vez tiene su aquél de conflicto, ciertamente: la Iglesia Católica no ha comulgado demasiado con el discurso igualitario que propagó Jesucristo en Palestina hace ya casi 2000 años.
Más bien al contrario. Después del Edicto de Constantinopla - 381 d.C., el emperador Teodosio decreta el fin del paganismo - el cristianismo evoluciona hacia lo que hemos conocido hasta hoy. Es decir, en Religión de Estado, con todos los privilegios que ello conlleva,pero también con todas sus servitudes. Y son éstas las que nos hacen vivir en continuo conflicto, ciertamente. Pero no son nada si lo comparamos al momento en que nuestros obispos se les ocurre hablar. Entonces el tímido malestar interior deviene no ya en desasosiego, sino en gran desencanto. En decepción profunda. En motivos más que sobrados para abrazar la causa fácil del agnosticismo. Porque después de las últimas sentencias salidas de los labios de Monseñor Rouco Varela, los motivos por los cuales uno cree creer - y perdón por el pésimo juego de palabras - se tambalean hasta casi desvanecerse.


Sin llegar a conocer bien la psicología del cardenal, sus palabras reflejan el estado de nerviosismo y desconcierto que está viviendo la Iglesia Católica española estos últimos meses. Nerviosismo provocado por diversos hechos, cuyo origen tienen como nexo común la aprobación de la llamada Ley de la Memoria Histórica en diciembre del año pasado. Dicho elemento legislativo ha sido el que ha canalizado el debate del revisionismo histórico en nuestro país en torno a los oscuros años de la Guerra Civil y la posguerra, esa mácula de horror que vivió España entre 1936 y 1950, aproximadamente. Y, naturalmente, el papel que la cúpula eclesiástica del momento tuvo no ya en la guerra entre compatriotas, sino en la represión subsiguiente.


De ahí las palabras - toscas palabras, a mi entender - del Presidente de la Conferencia Episcopal Española. Olvidar, ésa es la doctrina, la contraseña: el pasado, pasado está. Francamente, decir eso es muy fácil cuando se está vivo. Pero no cuando se tiene alguien donde no se sabe - hay miles de españoles sin tumba repartidos por toda la geografía española - o con familia represaliada, no ya por sus creencias políticas - los que más, evidentemente - sino religiosas.


No es un caso muy conocido de represión franquista, pero se dio y aún está en muchos casos irresoluto. Me refiero a las expoliaciones y abusos sufridos por los ciudadanos españoles de confesión judía durante la Guerra e inmediata posguerra. Casos en su mayoría crueles, cuyas víctimas eran muchas veces personas conservadoras, nada partidarias de la causa republicana, pero que por su religión fueron perseguidos, humillados y, - en demasiados casos - asesinados. Todo bajo la aquiesciencia de la Iglesia católica, beneficiaria pasiva de dicha persecución religiosa. Judía o masona, pero éstos últimos ya eran en un número significativo simpatizantes o políticos republicanos de izquierda. La cual cosa no es óbice para justificar su persecución, claro está.


Por tanto la amnesia cardenalicia puede llegar a ser insultante para una gran parte de la masa social de los españoles, que pueden llegar a ver la realidad del pasado de este país no sin traumas, pero sí con la serenidad suficiente como para poder afrontar su historia. Ahora bien, muchos creyentes ( entre ellos yo ), creen en la figura del perdón no ya como dogma, sino como causa - y puede que en este caso efecto - del triumfo de las relaciones humanas por encima de la crispación.


Por ello lo único que pido a los obispos de la Iglesia Católica de España es que asuman de una vez el pasado, y pidan una cosa tan simple como un humilde perdón ante todas las posibles atrocidades cometidas por sus antecesores al frente de la organización que dicen representar. Y pongo cierto énfasis en lo de la representatividad de los purpurados españoles en relación a su rebaño: a este paso los pastores se podrían quedar sin ovejas. No ya por una causalidad biológica - las parroquias cada vez se asemejan más a un club de la Tercera Edad que un escaparate social - sino meramente ideológica: los dictados que emanan de los diferentes palacios episcopales no tienen demasiado que ver con la sociedad con la cual se quiere conectar.


Dichas disculpas serían deseables para la convivencia de todos y todas, a la par que - seguramente - nos invadiría una sensación de bienestar a aquellos que, a pesar de los pesares, nos declaramos creyentes. O no agnósticos, que ya es mucho.


Muchas gracias.


dimarts, 25 de novembre del 2008

Papil·loma, una inversió de futur

Virus Papil·loma Humà

La Conselleria de Salut i Consum ha iniciat la vacunació en les escoles contra el Virus del Papil·loma Humà (VPH), que es durà a terme fins el segon trimestre de 2009. Aproximadament, unes 5.500 joves de 14 anys de les Illes Balears -unes 4.350 a Mallorca, 450 a Menorca i 700 a Eivissa i Formentera- seran vacunades amb l’objectiu de prevenir el càncer de coll d’úter. 




En total, la Conselleria de Salut i Consum ha adquirit 17.500 dosis (l’administració íntegra d’aquesta vacuna requereix 3 dosis), amb un cost total d’1.457.820 euros. Les Illes Balears és, juntament amb València, la comunitat que ha aconseguit l’aprovisionament de vacunes a un cost per unitat més reduït (83,3 euros/dosis). 




El VPH causa una de les infeccions de transmissió sexual més comunes i es contagia per contacte directe de persona a persona. Es coneixen més de 100 tipus de VPH, dels quals uns 12 són cancerígens d’alt risc i poden provocar càncer de coll d’úter i altres tipus de tumors de la zona genital. La vacuna actua enfront els serotipus 16 i 18 del VPH, que són els causants del 70% dels casos de càncer de coll d’úter. 

La vacunació a les adolescents de 14 anys persegueix aconseguir la màxima eficàcia, que es produeix quan les dones no han estat infectades. Per això, el programa de vacunació s’aplica abans de l’inici de les relaciones sexuals. 




Aquesta mesura s’inscriu en les estratègies de prevenció del càncer de cèrvix, que inclouen els esforços en la detecció precoç mitjançant els cribatges sistemàtics (citologies periòdiques) i les polítiques d’educació sanitària i sexual, amb especial incidència en la utilització de mesures profilàctiques per evitar el contagi d’infeccions de transmissió sexual. 




En concret, la vacuna serà administrada a les joves que hagin nascut entre l’1 de gener i el 31 de desembre de l’any 1994. La vacunació es realitzarà en els centres educatius fent servir els recursos logístics i sanitaris de la Direcció General de Salut Pública i del Servei de Salut de les Illes Balears.